Des de bien pequeñita Sílvia tenía claro lo que quería ser, enfermera para poder ayudar y cuidar a la gente. Este sueño se cumplió, teniendo la suerte de no tener trabajo, sino un hobby para toda la vida.

Durante más de 20 años ha trabajado de enfermera en distintas áreas hospitalarias pasando por oncología, paliativos, maternidad, cirugía, traumatología, urgencias… compaginando con el servicio de emergencias médicas (su gran pasión) y después profesora de universidad…

A lo largo de la vida pasaron acontecimientos, vivencias que le marcan, que le hacen pensar, reflexionar y redirigirle a nuevos horizontes, sin perder su esencia: el cuidar. 

En 2017 estuvo haciendo un acompañamiento muy especial a su mejor amiga, allí se despertó la inquietud de poder ayudar des de otro prisma.

Este proceso junto con una situación posterior de salud significó un antes y un después en su vida, la vida le paró, le puso en situaciones límite, tuvo que hacer un stop para empezar a mirar en ella misma, cuidarse. Siempre cuidando a los demás y ahora le tocaba cuidarse y dejarse cuidar, cosa que le costó, pero, en el fondo, fue el mejor regalo que podía recibir. 

Esta situación le hizo plantearse muchas cosas, empezó entonces el camino al autoconocimiento, autocuidado, espiritualidad y a ver que otra dirección podía continuar con su esencia: el cuidar.

Fue así como empezó su formación en acompañamiento al duelo, formación de Reiki y posteriormente el masaje oncológico, para poder ofrecer todos sus conocimientos tanto personales como los vividos profesionalmente acompañando a las personas desde un carácter empático, cuidadoso y amoroso.