Masaje Oncológico - Romper el mito
- calcabredelpriorat
- hace 2 días
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Es natural que, ante un diagnóstico de cáncer, surjan muchas dudas sobre lo que es seguro o recomendable. Una de las preguntas más frecuentes es:
¿El masaje puede causar metástasis o hacer que el cáncer se propague?
La respuesta es clara: NO.
La metástasis (es decir, la propagación del cáncer a otras partes del cuerpo) no es un proceso mecánico, sino biológico. Esto significa que no se produce por mover el cuerpo o por aplicar un masaje, sino por cambios en las células que les permiten atravesar barreras, viajar por el organismo y adherirse a otros tejidos.
Los estudios y la experiencia clínica confirman que el masaje no puede "mover" el cáncer ni provocarlo, del mismo modo que caminar, respirar o abrazar a alguien tampoco lo hacen.
Las células cancerígenas necesitan condiciones muy específicas para propagarse, y el simple contacto físico no las activa.

Entonces, ¿es seguro recibir masaje si tengo cáncer?
Sí, siempre que el masaje sea adaptado a tu situación.
El masaje oncológico es una especialidad que modifica las técnicas tradicionales para ajustarse a los efectos secundarios del tratamiento (como la quimioterapia, la cirugía o la radioterapia), y al estado general de la persona.
Esto incluye:
Usar presiones suaves y seguras (especialmente si hay fatiga, ganglios extirpados, o riesgo de hematomas).
Evitar zonas sensibles o con dispositivos médicos.
Estar atentos a signos como inflamación, fiebre, dolor o enrojecimiento.
Respetar los tiempos de curación tras cirugías o tratamientos activos.
¿Cuándo puede haber riesgos?
El masaje solo puede ser perjudicial si se aplica con técnicas o presiones inadecuadas, o si lo realiza una persona que no conoce los efectos del tratamiento oncológico sobre el cuerpo.
Por ejemplo:
Una presión demasiado fuerte podría dañar tejidos frágiles o inflamados.
Tocar zonas irradiadas o con riesgo de linfedema sin preparación puede agravar síntomas.
No identificar señales de alerta podría demorar una derivación médica necesaria.
Por eso es fundamental acudir a profesionales formados específicamente en masaje oncológico, que entienden el contexto físico, emocional y médico de cada persona.
Tocar con conocimiento es cuidar
El masaje oncológico no pretende "curar" el cáncer, pero sí acompañar con presencia, aliviar molestias, reducir ansiedad, mejorar el descanso y el estado de ánimo, y ofrecer un espacio de contacto respetuoso y reconfortante en un momento delicado.
Tocar con sensibilidad, conocimiento y respeto no es un riesgo: es un acto de cuidado.









